Pregunta muy ambigua, que puede tener varias respuestas dependiendo de cuál es el problema en la fabricación de los móviles al que se refiera.

Por un lado, se ven las precarias condiciones laborales de los trabajadores de los principales (y más) países productores de dichos dispositivos, la mayoría asiáticos. Muchos de ellos trabajan expuestos a productos peligrosos (casos de leucemias, cánceres, etc), con sus derechos laborales suprimidos casi por completo, durante semanas (e incluso meses) con horas extras obligadas (sin tiempo libre) y durmiendo (porque muchos viven por así decirlo en la fábrica) en camas de pésimas condiciones. Y todo ello por una miseria de salario.

Por el otro lado, que es al que seguramente se refiere la pregunta, están las consecuencias de la guerra librada en África por un material necesario para la fabricación de smartphones: el coltán.

El coltán (columbita-tantalita) es un mineral del que se extrae el tantalio y el niobio, materias primas utilizadas en industrias de diversos ámbitos: debido a sus cualidades como su resistencia y superconductividad, se usa para crear condensadores de móviles, ordenadores, videoconsolas, cámaras, motores de avión, turbinas, centrales nucleares, aparatos de resonancia magnética e incluso satélites (ISS) y aceleradores de partículas.

¿De dónde se extrae? Los mayores productores de este material son Australia, Brasil, Canadá, y en especial la República Democrática del Congo. Esta última posee desde 2009 (antes estaba Australia) la mayor producción mundial del mineral.

¿Dónde está el problema? Los mineros congoleños (desde niños) trabajan en condiciones de semiesclavitud que ocasionan frecuentes muertes, por un salario pésimo. Hagamos cuentas: un minero en un día bueno digamos que puede extraer 1kg de coltán. El precio ahora mismo por kilogramo ronda los 123.61$ (112.48€), por lo que la ganancia mensual es de alrededor de 3374.4€, y el minero gana por mes entre 40 y 200€ (un 1,1-5.9% del total). Pero el problema no acaba ahí, sino que cualquier otro trabajador normal (agricultor, ganadero...) cobra ¡9$ mensuales!. Como es de esperar, no es rentable trabajar en ello, lo que conduce al abandono de las tierras de cultivo y animales (con sus consecuencias).

El problema principal es el conflicto bélico de este país, que aunque oficialmente "acabó" en 2003, este metal ha conseguido que continúen los conflictos entre grupos armados por la posesión de las minas, con consecuencias como matanzas a las poblaciones civiles, violaciones masivas, mutilaciones, expulsión de las tribus indígenas de la selva y la masacre de gorilas (en peligro de extinción) de las mismas.

¿Qué debemos hacer nosotros? Lo primero sería acabar con la alta demanda del mineral, mediante códigos y leyes aplicadas a los fabricantes de dispositivos electrónicos para que no financien más la guerra, obteniendo el material de otras fuentes y prohibiendo la entrada de materias primas procedentes de zonas dudosas, con su consecuente sanción. Una ayuda importante también es el reciclado del tantalio de los teléfonos móviles para la fabricación de los nuevos. También existe una empresa surgida en base a este problema: Fairphone, que fabrica móviles cuya totalidad de sus componentes son procedentes de materiales libres de conflictos y sangre.